El
tema principal que desarrolla la obra, es la muerte. El poema es, una elegía
que expresa el dolor del poeta por la muerte de su padre. Empieza por la meditación
sobre la fugacidad de la vida y acaban presentando la muerte del padre del
poeta. El cambio de hablar generalizada mente sobre la muerte a
particularizarlo hablando de la muerte del padre del autor acentúa la
emotividad del final de la composición.
La
obra encierra una gran dificultad de comprensión, a pesar de aparentar cierta
facilidad en su mensaje.
El
poema, aunque recoge una enorme cantidad de tópicos medievales, como el
menosprecio del mundo, el tiempo, la fortuna, la muerte… los trata con una
especial y absoluta originalidad.
Las
Coplas son un fiel reflejo de su época, nos encontramos con la visión de la
Corte: las personas que la formaban, el lujo, los juegos… está presente también
la ciudad-fortaleza medieval, la jerarquía de las clases sociales, los ideales
del caballero medieval, la importancia de la Reconquista…
La
figura de su padre, el protagonista del poema, encarna las virtudes
caballerescas y cristianas medievales.
También
refleja las contradicciones de la época cuando expresa la tensión entre la
concepción cristiana medieval y una nueva sensibilidad, más receptiva a la
belleza de la vida. Mientras que la visión cristiana infravalora los bienes
terrenales por efímeros, el amor a la vida se manifiesta en nostalgia por la
brillantez del mundo desaparecido, nostalgia que se intensifica cuando el poeta
evoca el esplendor que vivió el pasado más cercano.
Por
otro lado la estructuración del contenido de este poema es perfecta. Todas sus
estrofas se apoyan perfectamente una en otra hasta llegar a la última, que
constituye la condensación climática del tema. Quiere decir que, aunque se
aprecian distintas partes en su estructura, no hay una independencia total
entre ellas, sino que cada una está en función de la siguiente y así se llega
hasta la última, donde se encuentra la esencia de la intención de Jorge
Manrique.
La
composición consta de cuarenta estrofas de doce versos, las coplas de pie
quebrado, formados por una sextilla doble de versos de ocho y cuatro sílabas,
llamada desde entonces manriqueña en su honor. Su esquema métrico es 8a, 8b,
8c, 8a, 8b, 4c; 8d, 8e, 4f,
8d, 8e, 4f.
De esta manera consigue un ritmo muy marcado y a veces funerario.
La
obra puede organizarse en tres partes según los temas sobre los que trata:
- Reflexión sobre la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte.
- Evocación emotiva y nostálgica del pasado.
- Individualización en torno a la figura del padre, Don Rodrigo, narrando sus hazañas y virtudes.
Desde
el punto de vista lingüístico supone la extinción de los elementos latinizantes
característicos de la lengua literaria de la época del siglo XV. Se denota la
ausencia del retoricismo típico de la poesía de cancionero. La estructura
estrófica se adapta al tono solemne y reposado de la elegía.
Hay
sensibilidad prerrenacentista en la selección del léxico y del material
estilístico.
Todo
el conjunto, acentúa el grado de originalidad de las Coplas.
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